Autor: Suzanne Collins
Sinopsis:
La ambición será su motor.
La rivalidad, su motivación.
Pero alcanzar el poder tiene un precio.
Es la mañana de la cosecha que dará comienzo a los décimos Juegos del Hambre. En el Capitolio, Coriolanus Snow, de dieciocho años, se prepara para una
oportunidad única: alcanzar la gloria como mentor de los Juegos. La casa de los Snow, antes tan influyente, atraviesa tiempos difíciles, y su destino depende de que Coriolanus consiga superar a sus
compañeros en ingenio, estrategia y encanto como mentor del tributo que le sea adjudicado.
Todo está en su contra. Lo han humillado al asignarle a la tributo del Distrito 12. Ahora, sus destinos están irremediablemente unidos...
Antes, un poco de historia, lo que antes era Norteamérica, ahora es Panem, un Capitolio rodeados de 13 distritos, regidos por un tirano de turno. Luego llegó la rebelión, donde todos los distritos lucharon contra el Capitolio por su libertad. Pero este derrotó a todos y destruyo completamente al decimotercer distrito. Para mantenerlos sumisos y recordarles a todos quien manda, se crearon Los juegos del hambre, donde cada distrito entrega a dos jóvenes (un chico y una chica llamados Tributos) los cuales deben participar de un juego a muerte donde solo debe quedar uno. Si, la historia de fondo se parece mucho a Battle Royalle, la exitosa novela de Koushun Takami. Aunque la autora jura y perjura que nunca leyó Battle Royalle.
Ahora la historia se centra en un joven Snow, nos detalla
sus orígenes, motivaciones y miedos. Nos permite conocer un poco a su familia,
que en tiempos pasados supieron ser prósperos y hoy están pasando hambre, al
igual que el resto de sus congéneres. La autora nos muestra a un Snow
calculador, capaz de cualquier cosa sin remordimientos, siempre procurando la excelencia y obsesionado con la vida gloriosa
que siente que merece, aunque no sabemos porque cree que lo merece, tal vez
¿por su pasado de gloria familiar? No ahonda mucho en esto.
También cambia el contexto de Panem, que es muy distinto al
que conocimos en la trilogía de Katniss. Incluso el desarrollo de los juegos,
algo más rústicos, incluso más violentos, con un estado totalitario,
manipulador, apoyado en los medios de comunicación, como cualquier dictadura.
Algo que ya se vio en los anteriores libros.
Hay una gran variedad de personajes, estudiantes,
familiares, políticos, tributos, pero la autora no logra que nos cautivemos por
ninguno, creo que le puso todas sus fichas al gran villano, bueno, es su
historia es cierto, pero a veces es bueno desarrollar un poco los personajes
secundarios, sobre todo su familia. A pesar de que en ningún momento busca que
empaticemos con él, nos muestra su parte más humana. No era temido por nadie,
no tenía poder y recibía humillaciones y burlas, como cualquier hijo de vecino.
Incluso, cuando esta con Lucy Gray, muestra preocupación por ella y no tanto
por su objetivo final. En un principio solo le importaba ganar por la gloria,
nada más.
Lucy Gray es la otra gran protagonista, hay momentos en que se hizo inevitable ver a Katniss en ella, a pesar de tener personalidades bastante distintas. A ella le gusta la exposición y la disfruta, muy al contrario de Katniss, creo que su parecido radica en su rebeldía hacia el Capitolio, posee una personalidad muy atrayente, es libre, despegada, jovial y con muchas ganas de vivir y, por momentos logra correr del foco a Snow, en una novela donde él debería tener el protagonismo absoluto. Donde más resalta Lucy es durante su participación en la arena, por momentos me hizo acordar a Katniss y Peeta, a pesar de que ella participa en soledad.
La novela es fácil de leer y es llevadera, a pesar de que
hay momentos en que cambia su ritmo y se hace un poquito lenta y en otros
momentos parecerá que se vuelve repetitiva por que ya lo leímos en la saga de Katniss. Pero a pesar de esto la novela irá muy bien hasta su final, acá me
sentí como si me hubiera llevado una pared por delante. Siento que ese final es
muy abrupto y me dejo con ganas de más. Es inevitable pensar que tal vez
la historia tenía más potencial, que hay partes de su vida que se pudieron
haber contado. Como “Inicio” me sentí un poco incompleto, porque no muestra su
ascenso al poder, que alianzas tejió para poder llegar, etc, etc. Tal vez la
autora pensó que escribir sobre eso haría que se parezca a “House of cards”, o
a cualquier serie de políticos corruptos. Esto podría entenderlo, pero quedarte
parado en silencio y decir de repente “Voy a gobernar Panem” no es suficiente,
por lo menos para mí. De todas formas es una buena novela y es muy recomendable.
Para los que se preguntan por que se llama así la novela, es una metáfora sobre sus protagonistas. El pájaro cantor es Lucy y la víbora es Snow.
Hay una película basada en esta novela cercana a estrenarse con Rachel Zagler, Tom Blyth, Peter Dinklage y dirigida por Francis Lawrence. Actualizaré cuando la vea.