Autor: Paul Pen
Sinopsis:
Un niño de diez años vive encerrado en la
oscuridad de un sótano junto a su familia,
todos ellos desfigurados por el fuego. Solamente su hermana, se oculta tras una máscara
blanca, pues el padre dice que su aspecto podría asustar al niño. Cuando esta
da a luz a un bebe, todos empiezan a actuar de forma extraña, sin dejar claro
quién es el padre de la criatura. Además, el hombre grillo acecha desde el
exterior.
Las mentiras y los secretos ocultos en el
sótano sobre el pasado de la familia empiezan a hacer mella en el protagonista,
que cansado de una vida en la oscuridad del sótano, se plantea salir de su
encierro.
Había oído hablar de este autor, a quien muchos calificaban como el Stephen King español. Aunque la comparación es algo exagerada, la experiencia no fue mala. La novela es un thriller psicológico ambientado en un entorno claustrofóbico y lleno de misterio. Está narrada en primera persona desde la perspectiva de un niño de diez años, una elección que resulta clave para la atmósfera de la historia al observar el mundo a través de sus ojos, el lector vive de manera cercana y gradual la confusión, curiosidad y angustia del protagonista.
El niño solo conoce la vida en el sótano, desconoce lo que hay afuera, y su deseo de libertad, junto con sus miedos e imaginación, hacen que el encierro sea aún más opresivo. A medida que la historia avanza, salen a la luz secretos familiares cada vez más oscuros, y lo que el niño no comprende, el lector lo interpreta entre líneas.
La construcción de los personajes es lo mejor. Es un pilar clave que sostiene la atmósfera inquietante y emotiva de la novela. El autor consigue que cada miembro de la familia sea más que una figura misteriosa; son piezas de una historia rota, cada uno con su propio peso simbólico y psicológico.
El niño protagonista es el narrador en primera persona, lo que nos permite experimentar el mundo desde su inocencia y asombro. Su curiosidad, ternura y creciente sospecha impulsan la trama. A medida que avanza la historia, muestra una evolución emocional, pasando de aceptar su realidad a cuestionarla y buscar la verdad.
La hermana, con el rostro escondido tras una máscara blanca, cuya maternidad desencadena los conflictos más sombríos, llenando el ambiente de tensión.
La abuela es una figura enigmática que nos regala frases llenas de simbolismo, representando la sabiduría oculta y el vínculo con el pasado. Muchas veces la vemos en un rol más cercano al niño, mostrando un afecto incluso mayor que el de los propios padres, lo que añade profundidad a su papel.
Los padres, afectados tanto física como emocionalmente por el incendio, establecen las normas del encierro con una combinación de autoridad y resignación. Aunque al principio muestran un comportamiento rígido, a lo largo de la historia se descubren motivaciones más profundas y complejas.
El bebé trae consigo un aire de misterio, y es su origen lo que el niño busca descifrar.
La ambientación es uno de sus mayores aciertos, logrando transmitir una auténtica sensación de encierro y claustrofobia. La historia nos atrapa desde el principio hasta el final, y aunque hay algunos momentos en los que pierde un poco la intensidad, no es suficiente para que perdamos el interés.
Un libro altamente recomendado.
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